Cuyo nombre es Quinta Monteguerra, el señor D. Alfonso decidió desposarse con su amada Dña. María Luisa.
Viendo que habíanse segado las mieses y habiendo quedado las alpacas colocadas en fila india, decidió colocar unas telas sobre ellas donde tomar asiento pudieran nobles y
plebeyos.
Dando orden a los músicos contratados para tal evento, comenzó la ceremonia en este campestre paraje, rodeado de extensas y productivas tierras de viñedos, situado entre Villarta de San Juan y Herencia.

La nutrida concurrencia no solo pudo asistir a una ceremonia rebosante de emotividad y recuerdos, sino que en su periplo al lugar del agasajo pudo contemplar los momentos más representativos en la vida de tan ilustres enamorados.

A pesar de la variada oferta de fincas de boda en los alrededores de Alcázar de San Juan, como son El Encinar de Haldudo en Pedro Muñoz, Los Jardines de Palacio en Villacañas o los Salones Mabel en el propio Alcázar de San Juan, entre otros, nuestros novios decidieron inaugurar con su boda la Quinta Monteguerra que, especialmente acondicionada para celebrar bodas y otros eventos, posee espacios amplios tanto en el interior como en el exterior, donde servir el coctel y el banquete.


Y también, por supuesto, hacerse fotos.
