Conocida hace unos años como Finca Valverde, Soto de Gracia en un remanso de tranquilidad fuera del ajetreado mundo de Madrid.
Maria y Nacho se querían casar en la playa, como no pudo ser, eligieron un lugar donde se pudiera respirar naturaleza, con espacios verdes donde poder celebrar la ceremonia al aire libre, con sol y pajaritos. Pues se les vino la playa a Madrid con el temporal que cayó.
Realmente este mes de septiembre está siendo muy malo para las bodas, ha llovido lo que no llovía en decadas.
Afortunadamente la finca cuenta con un gran espacio cubierto donde acomodar a los invitados, bien decorado, acogedor, donde saltaron muchas lágrimas en una ceremonia muy emotiva.

